domingo, 8 de enero de 2012

El unicornio y la licorne

Es común que la misma palabra tenga géneros diferentes en español que en francés. Por ejemplo, en español decimos una agenda (femenino) pero en francés un agenda (masculino). Hay tal cantidad de ejemplos que sería imposible citarlos a todos. Queda claro que las cosas no tienen "sexo" y por lo tanto la utilización de uno u otro género es más bien arbitraria, una exigencia de lenguas que, como el español y el francés, han prácticamente eliminado el uso del neutro latino.
Un poco más curioso podría ser el caso de los animales, puesto que en ellos sí se puede distinguir entre sexos. Aun así, sigue sin haber coincidencia: en español decimos una rata (femenino) y en francés un rat (masculino); en español decimos un ratón (masculino) y en francés une souris (femenino). Está claro que esto se da en casos donde, para el común de la gente, es muy difícil distinguir entre macho y hembra.
Un caso curioso es el de un animal fabuloso: en español decimos el unicornio (masculino) y en francés, la licorne (femenino). ¿Por qué existe esta diferencia de visión sobre un animal imaginario? La respuesta es bastante curiosa.
Empecemos diciendo que en francés antiguo unicornio se decía ¡¡unicorne!! Es decir que se trataba exactamente de la misma palabra. No sólo eso, sino que además unicorne ¡era una palabra masculina! Pero como siempre la fonética metió la cola...
La pronunciación de unicorne es [ynikorn]. El común de la gente, que no sabía leer ni escribir, asimiló el sonido inicial de unicorne, es decir [yn], con el artículo indefinido femenino une [yn]. Es decir que estableció la siguiente segmentación del discurso:
[yneglise] --> une église
[ynekol] --> une école
[ynil] --> une île
[ynikorn] --> ¡¡ une icorne !!
Y por este paralelismo establecido a partir de la pronunciación, se creó una nueva palabra que, como por arte de magia, pasó a ser del género femenino. Pero esto no acaba acá...
Tenemos que nuestro animal fabuloso, de unicorne que era pasó a ser une icorne. Y de macho que era, pasó a ser femenino. (Cualquier parecido con la realidad...)
Si la palabra icorne con artículo indefinido daba une icorne, con artículo definido debía dar la icorne. Sin embargo, debido a otro fenómeno típico del francés, la élision, la icorne debía ser l'icorne (como l'église). Pero como siempre la fonética metió la cola...
Resulta que a esa misma gente que no sabía leer ni escribir, l'icorne [likorne] le parecía una única palabra: licorne. Por lo tanto, sabiendo que la palabra era femenina, le restituyeron su artículo definido para dar lugar a la licorne.
Este fenómeno de amalgamar el artículo al sustantivo es muy común en español. Por ejemplo, en árabe qutun significa algodón. De qutun surgieron las palabras coton del francés y cotton del inglés. Ahora bien, en árabe, la palabra qutun precedida de su artículo era al qutun (le coton). En español, el artículo al fue amalgamado al sustantivo: al qutun devino algodón. Luego, como con la licorne, se le debió agregar un nuevo artículo para dar el algodon (literalmente ¡¡le le coton!!)

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